Descripción vídeo
Videoconsejo sanitario sobre moxifloxacino, para qué sirve este antibiótico, cómo y cuándo debemos administrar este medicamento. Videoconsejo impartido por la farmacéutica Irene Suárez, elaborado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos y producido por Medicina TV.
Moxifloxacino es un antibiótico del grupo de las fluoroquinolonas, similar a otros como levofloxacino o ciprofloxacino, que actúan interfiriendo en los procesos de síntesis de ADN y reparación de los genes de las bacterias, provocando su muerte.
Es activo sobre un número importante de bacterias. No obstante, y al igual que cualquier otro antibiótico, no tiene ningún efecto frente a infecciones causadas por virus, como gripe, resfriado, COVID-19 o la mayoría de las infecciones de garganta. También se han descrito casos importantes de bacterias resistentes a su efecto.
Está indicado para el tratamiento de una amplia variedad de infecciones, siempre que se demuestre previamente que la bacteria causante es sensible al efecto de moxifloxacino. Está indicado, entre otras, en sinusitis bacteriana aguada, enfermedad inflamatoria pélvica o infecciones del ojo, como conjuntivitis bacteriana. No obstante, el médico debe comprobar previamente que la bacteria causante sea sensible al efecto de moxifloxacino.
Moxifloxacino está disponible en la farmacia comunitaria en forma de comprimidos o como colirio. La dosis a emplear y la duración del tratamiento dependen de la localización de la infección y de su gravedad, así como de la presentación del medicamento, y tienen que ser definidas por el médico. Por ejemplo, para adultos, en sinusitis aguada se suele emplear un comprimido de 400 mg una vez al día durante 7 días seguidos.
Para el tratamiento de la conjuntivitis, se suele emplear como colirio, una gota en cada ojo afectado tres veces al día, durante 5 días. Los comprimidos se deben administrar se pueden tomar con o sin alimentos. Se debe tragar enteros y acompañados de abundante agua.
Las reacciones adversas más frecuentes de moxifloxacino son dolores de cabeza, mareos, somnolencia, infecciones orales o vaginales por hongos o alteraciones del tránsito gastrointestinal, como nauseas o diarrea. Si presentas diarrea intensa o de varios días de duración tras su empleo, consulta con tu médico, y no emplees antidiarreicos sin que éste te lo recomiende.
También es conocido el riesgo de lesiones en los tendones, incluyendo tendinitis y ruptura tendinosa. Por este motivo no se recomienda su empleo en niños y adolescentes en etapa de crecimiento. Pero el mayor riesgo de moxifloxacino se debe al mal uso y al abuso que hacemos de los antibióticos, y es la aparición de resistencias, que pueden hacer que este antibiótico deje de ser eficaz. Para evitar o combatir este problema y reducir el riesgo de resistencias bacterianas, el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos ha creado un grupo de expertos (Plan Nacional de la Resistencia a Antibióticos o PRAN), en el que participamos los farmacéuticos a través de representantes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Entre las principales recomendaciones, es fundamental no usar moxifloxacino sin receta médica, ya que un antibiótico que te fue útil la última vez no tiene por qué serlo ahora.
Además, es importante que tomes o apliques el medicamento a las horas y durante el periodo de tiempo que te haya indicado el médico. Y finalmente, desecha el tratamiento que te haya sobrado en el punto SIGRE de tu farmacia.
Y recuerda, pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza. Te informaremos sobre cómo debes administrar moxifloxacino y sobre cualquier otra duda que tengas.
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