El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha concluido que se puede administrar una dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 de Moderna en personas de 18 años o más.
Esta decisión está basada en los datos que demuestran que una tercera dosis de esta vacuna administrada entre 6 y 8 meses después de la segunda provoca un aumento de los niveles de anticuerpos en adultos cuyos niveles de anticuerpos estaban disminuyendo. La dosis de refuerzo consiste en la mitad de la dosis utilizada para el programa de vacunación primaria.
Los datos actuales indican que el patrón de efectos secundarios después del refuerzo es "similar al que se produce después de la segunda dosis". El riesgo de afecciones cardíacas inflamatorias u otros efectos secundarios muy raros después de la dosis de refuerzo "se está vigilando cuidadosamente".
A nivel nacional, los organismos de salud pública pueden emitir recomendaciones oficiales sobre el uso de las dosis de refuerzo, teniendo en cuenta la situación epidemiológica local, así como los datos de eficacia emergentes y los limitados datos de seguridad de la dosis de refuerzo.